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Ratones de biblioteca

Escalando el Everest

Había una vez un gran escalador llamado Marcos, de unos 28 años, muy aventurero y un poco despistado. Su acompañante Diego tenía 21 años, muy planificador, siempre intentaba llevarse el merito él de lo que hacía Marcos y le ponía muchas trampas sin que se  diese cuenta.

   Un día, Marcos aceptó la misión de ir a escalar el Everest. A Diego le pareció una buena  oportunidad para ganarle a Marcos.

  Los primeros metros, fueron muy fáciles de escalar (porque Diego no puso ninguna trampa), pero cuando llegaron a la mitad Diego puso la primera trampa aunque no sirvió de nada porque Marcos no escaló por allí. Diego siguió poniendo trampas pero sólo le hacían perder el tiempo a él mismo y eso hizo que Marcos llegara el primero a la cima.

  Él se dio cuenta de que su extrema competencia le llevaba a lo que él no quería, “perder”. Desde entonces, Marcos y Diego, se hicieron más amigos porque Diego aprendió la lección.

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