El mejor día del mundo
Un día me fui a montar en bicicleta por el campo, y me encontré un perro que tenía una pata rota, lo monte en la bicicleta y fui corriendo al pueblo para que lo curaran. Pero no podían curar al perro porque se le había infectado mucho y le tenían que amputar la pata, y yo me puse muy triste.
Entonces mis padres me dejaron quedármelo, y a mí se me fue la tristeza en un momento. Al perro lo llame Rocco, y en esos instantes Rocco me cogió cariño y yo a él también. Cuando llegamos a casa el perro se puso muy nervoso, me eche a reír a carcajadas.
Pero a la media hora ya estaba durmiendo en su camita que se lo había hecho mi abuela con mucho cariño, pero era raro porque a mi abuela no le gustan los perros, mi abuela a Rocco le cogió un poco de cariño, le empezaron a gustar los perros y yo, mi hermana, mi padre, y mi madre nos echamos a reír.
Al día siguiente Rocco estaba muy nervioso porque quería salir a la calle, pero cuando bajamos a la calle Rocco quería correr pero no podía, entonces, cuando se canso, subimos a casa.
A la semana siguiente, inventaron una pierna de hierro para los perros que no tenían pata. Después de oír la noticia, fuimos corriendo para comprarla. A continuación cuando la compramos se la pusimos y… ¡Podía correr de nuevo! Y en esos instantes yo me eche a llorar de alegría y desde entonces la familia y Rocco el perro más feliz del mundo fueron felices para siempre.
FIN
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