EL LEÓN JARDINERO
Cada año, cuando el invierno llega al hemisferio norte, millones de aves se desplazan hacia el sur para huir de las frías temperaturas y de la escasez de comida.
La mayoría vuela en grandes bandadas que recorren una media de 250 kilómetros cada día, así que,antes de empezar el viaje, pasan varías semanas sobrealimentándose para soportar mejor el esfuerzo.
Migrar es muy peligroso para las aves. El viaje es largo,muy largo,y deben atravesar desiertos,ríos y montañas. Utilizan casi siempre las mismas rutas´, que evitan el mar abierto y aprovechan las corrientes de aire.
Orientandose en un viaje tan largo no es fácil, pero los pájaros poseen una especie de búrbuja in terna capaz de detectar el campo magnético de la tierra , según parece,también utilizan el sol y las estrellas como referencia.
Eso les permite calcular, con un asombroso grado de precisión, cómo llegar a su lugar de destino, hasta el punto de que algunos pájaros utilizan los mismos nidos año tras año. Ése es precisamente el caso de nuestro pequeño protagonista...
A un lado, un pájaro, listo e independiente, decidido a pasar el invierno boreal en la infinita llanura africana, como cada año. Al otro, un león de ojos azules como el mar y enorme corazón, instalado bajo el mismo árbol en el que se halla el nido del pájaro. Tras el recelo inicial, ambos empiezan a darse cuenta de que su convivencia está llena de ventajas: e león mantiene lejos del árbol a monos y serpientes, y el pájaro le quita las garrapatas al león. Y se hacen amigos.
La mayoría vuela en grandes bandadas que recorren una media de 250 kilómetros cada día, así que,antes de empezar el viaje, pasan varías semanas sobrealimentándose para soportar mejor el esfuerzo.
Migrar es muy peligroso para las aves. El viaje es largo,muy largo,y deben atravesar desiertos,ríos y montañas. Utilizan casi siempre las mismas rutas´, que evitan el mar abierto y aprovechan las corrientes de aire.
Orientandose en un viaje tan largo no es fácil, pero los pájaros poseen una especie de búrbuja in terna capaz de detectar el campo magnético de la tierra , según parece,también utilizan el sol y las estrellas como referencia.
Eso les permite calcular, con un asombroso grado de precisión, cómo llegar a su lugar de destino, hasta el punto de que algunos pájaros utilizan los mismos nidos año tras año. Ése es precisamente el caso de nuestro pequeño protagonista...
A un lado, un pájaro, listo e independiente, decidido a pasar el invierno boreal en la infinita llanura africana, como cada año. Al otro, un león de ojos azules como el mar y enorme corazón, instalado bajo el mismo árbol en el que se halla el nido del pájaro. Tras el recelo inicial, ambos empiezan a darse cuenta de que su convivencia está llena de ventajas: e león mantiene lejos del árbol a monos y serpientes, y el pájaro le quita las garrapatas al león. Y se hacen amigos.
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